Sesiones nocturnas de Cleargreen, Parte III
Por Corey Donovan
traducción por José González Riquelme
Miércoles, 5 de marzo de 1997, Casa de la Danza, Santa Mónica, 8:15 a 10:15 p.m.
[Estaba presente el contingente habitual de Cleargreen, excepto Zaia, Nury, Carola, Lorenzo y TalÃa. Pero Tycho sà estaba, por primera vez después de mucho tiempo. Del grupo dominical, estábamos Greg, Thorton, Darby (después llamado Wilkie), Marcos (después llamado LeRoy), Keith, Pablo, Virginia y yo.]
"En el pueblo donde crecà los niños solÃan tener nombres muy extraños. Una niña se llamaba 'Hipodérmica'. Un niño, a cuyo padre le gustaban las matemáticas, se llamaba 'Raiz Cuadrada'. Me vienen a la memoria últimamente, estos nombres extraños, con todos sus apellidos brasileños y sus entonaciones. No sé por qué, quizás esté tocando fondo. Tengo que detener esto o perderé el control".
El primer movimiento que nos hizo hacer fueron golpes hacia arriba con las rodillas, apuntando a los genitales de un oponente imaginario. Castaneda hizo chistes sobre "las joyas de la familia"(*). Hizo una imitación de Howard Lee expresándose con dificultad y vacilación: "Mmm, quizá deberÃa enseñarte esto, hmmm, porque no quiero lastimar las joyas de la familia. Es muy importante tener niños para que te cuiden cuando seas abuelo".
(*) N. del T.: "Las joyas de la familia" es un eufemismo de genitales.
Castaneda anunció que se iba a meter con Reni, pero no lo hizo. Se refirió a alguien diciendo que era una 'cogida aburrida': "Pero su padre y su abuela la llenaron de palabras mientras crecÃa, de manera que aprendió a hablar mucho. No puedes hacer que se calle. Cree que soy cruel y bárbaro por las normas que pongo, pero ¿qué puedo hacer? Es terrible que a los cogidas aburridas se les haya enseñado a hablar sin parar".
"Prefiero veros como entidades misteriosas. No me vengáis con las pendejadas de cada dÃa. No seáis el ser de todos los dÃas. ¿Quién necesita eso?"
"Anoche fuimos a cenar y conocimos a varias personas. Una de ellas fue un traductor de alemán, que finalmente nos reveló que no era sólo traductor, sino que también escribe novelas en Alemania con el nombre de 'Rollo algo' sobre la vida en América. Nos dijo que su estilo es muy parecido al de John Dos Passos, y nos leyó algo".
Florinda intervino: "Sabes que haces que la gente se comporte asÃ. Y ni siquiera era el tema de conversación de la reunión, pero parece que tú haces que ocurra esto —la gente te dice su "auténtica identidad", su identidad oculta, tratando de impresionarte con que realmente son algo más".
Castaneda contestó: "Lo tomé como un presagio. Por esa razón os digo que si sentÃs la tentación de permitir a la gente que conozca vuestra verdadera identidad, o que sois algo más, que no sois sólo lo que parece que sois, absteneos. No hagáis eso. Ahà esta el Volador, tratando de haceros más grandes. No hay que alimentar al Volador. Dejadlo morir. Dejadlo que se vaya. Ese ha de ser nuestro esfuerzo".
Nos mostró un par de sesiones más del pase largo que nos habÃa estado enseñando, por partes, en las sesiones anteriores. Después hicimos cada uno de los pases de la serie para Preparar el Intento. A continuación hicimos los seis pases que nos habÃa enseñado el domingo, y agregó un séptimo, como número cuatro de la serie, el cual consistÃa en cruzar los brazos y poner el nudillo izquierdo en el cuenca del ojo derecho y viceversa, con tres dedos contra la sien, y el dedo meñique sobresaliendo. Dijo que era para mejorar la visión.
"Tenemos que recortarnos. Si estás escribiendo una novela enorme, salva sólo diez páginas. Diez páginas está bien. Hay que consiguir llegar a un punto en el que cualquier cosa que hagas salga simplemente a través de ti, sin que tú pienses en ello, tanto si escribes, redactas o compones música; ese es el punto al que hay que llegar".
"TenÃa un amigo, Lawrence Lipton, que era un hippie auténtico. Escribió un libro que fue publicado finalmente como The Holy Barbarians [Los bárbaros sagrados]. Cuando me enseñó el manuscrito por primera vez tenÃa 700 u 800 páginas. HabÃa metido de todo en él, y una página no tenÃa nada que ver con la siguiente. Tuvo la suerte de encontrar un buen redactor, que fue capaz de convertirlo en un libro de 250 páginas. Me habÃa dicho que buscaba un buen redactor y querÃa que yo lo leyera. Intenté leerlo y me dio dolor de cabeza, porque aquello no tenÃa ni pies ni cabeza. Se sentirá ofendido de por vida. Me habÃa dicho que yo podrÃa usar su máquina de proyección astral, que le permitÃa volar hasta la ventana de una mujer que vivÃa en otro edificio. Aseguraba que la mujer sabÃa que él llegaba en su cuerpo astral y dejaba la ventana abierta. Yo querÃa probarla, pero lo habÃa cabreado". [Lipton era el redactor de la original Free Press [Prensa libre] en California.]
"Don Juan solÃa hacer todo tipo de cosas para volverme loco —me hizo experimentar cosas raras. Me dijo que deberÃa estar atento, porque los brujos hacer toda clase de cosas raras con sus pinchos". Se imitó a sà mismo parpadeando nerviosamente y preguntando: "¿Qué? ¿De verdad?"
"Don Juan me dio una crema que tenÃa extractos de varias hierbas. Me dijo que me diera friegas en el pincho. Lo hice, y me tuve la extraña sensación, cuando cerraba los ojos, de que mi pincho tocaba el suelo. Cuando abrÃa los ojos podÃa ver que era normal, pero cuando los cerraba sentÃa que estaba en el suelo. Don Juan me dijo: '¡Mucho cuidado ahora!', porque uno de los naguales habÃa extendido su pene, de manera que pudiera llegar hasta una mujer que vivÃa al otro lado de las vÃas del tren. Se lo sacó y lo hizo viajar por el tejado y entrar por la ventana de esta mujer, y atravesar la habitación hasta su cama. Estaba haciendo esto una noche, cuando oyó que el tren venÃa. Asà que rápidamente dio un tirón de su pene, recogiéndolo justo a tiempo".
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"Don Juan me hacÃa cosas como éstas en todo momento para llevarme al lÃmite. Me gustarÃa haceros esto a vosotros, pero sólo estoy yo. ¿Quién más está ahÃ? Está Florinda. Muni ya se ha ido y a Taisha no le interesa. Taisha prácticamente se ha ido. Ella está parcialmente aquÃ, pero sólo en un pequeño porcentaje. Se ha ido con su perro. En algún momento toda Taisha vendrá y me guiará al otro lado. Pero, claro, don Juan tenÃa 15 personas que lo apoyaban; yo no puedo hacer esas cosas. Todo lo que podemos hacer son cosas pequeñas, pequeñas barbaridades. Pero vosotros os estáis moviendo, estáis avanzando. Está ocurriendo. Vais a ver un Volador. La energÃa está alta. La energÃa está ahà —va a ocurrir. Lo atraparemos, y lo veréis por un momento, lo cual hará que echéis las tripas".
"¿Habéis oÃdo la última declaración del Papa?" Contesté: "SÃ, ¿sobre los divorciados, que no deben tener relaciones sexuales con sus segundos conyuges?" "SÃ. Es verdaderamente de locos. DeberÃais leerlo. DeberÃamos conseguir una copia y hacer que Lorenzo nos lea algunos trozos. ¡Qué fantástico, en vÃsperas del milenio!"
"Conozco a algunos católicos realmente devotos. Una mujer que fue bautizada en el Vaticano, dice: 'Nada de lo que hace es falible. Él no escribió eso. No escribe esa clase de cosas. Debe haber sido su secretario".
"La gente que fuma mucha marihuana no son buenos amantes. El padre de un amigo mÃo de la escuela hizo un estudio sobre esto y concluyó que, debido a que les debilita las rodillas y los codos, se quedan tendidos sobre la mujer y la asfixian". Florinda gruñó. "Esto es ciencia", respondió.
Florinda sugirió: "Puesto que todos tienen que ser célibes [refiriéndose al resto de nosotros], quizás deberÃan fumar marihuana". Castaneda respondió: "No, esto es sólo temporal. No seremos siempre masturbadores. Sólo para librarnos de la mente del Volador. Sólo para tener un poco más de espacio por un tiempo".
"¿Qué es lo que nos desconcierta? ¿La esposa que nos dice que somos unos mierdas? ¿Debemos ofendernos por eso? ¿Eso nos trastorna tanto que nos aniquila? ¿Por qué permitimos que esas cosas nos afecten?"
"TenÃamos otro amigo que era viejo. Escribió una larga historia â€?Las fantasÃas sexuales de un viejo'. Lo vi una vez en un restaurante estando con Kylie. Y esta situación aparece en sus novelas de esta manera: 'Vi a un viejo amigo en un restaurante. La mujer con quien estaba se sintió afectada por mis efluvios. Llevo la camisa abierta porque mis efluvios atraen a las mujeres'. El tipo se bañaba cada cuatro dÃas y después jugaba frontenis para estar seguro de que sus 'efluvios' estaban en su punto. Escribió cientos de páginas. DeberÃa haberlas tirado. ¿Estamos tan locos para imaginarnos que nuestros 'efluvios' excitan a todas las mujeres que vemos?"
"¿Tenemos que escribir sobre todo lo que nos molesta? A Lorenzo le resultó muy duro tener que eliminar algunas de sus páginas. Se sintió morir".
"Nyei vivió en Francia hasta que la expulsaron por inmoral. TenÃa dos pretendientes. Al final tenÃan que batirse en duelo. Uno de ellos no trajo pistola —era español y cobarde. Pero el otro era francés, y la perseguÃa tan ardientemente que la asustó".
"Cuando Carol fue a México por primera vez era joven e ingenua, y conoció a un tipo que le enviaba flores y la llevaba a cenar. Ella no sabÃa que él estaba intentando llevarla a la cama para hacer esto", e hizo un cÃrculo con el pulgar y el Ãndice, metiendo y sacando en el cÃrculo el dedo Ãndice de la otra mano. "Se la llevó a Acapulco, y ella enfermó con desinterÃa. De manera que se quedó sentada en el bar, petrificada, bebiendo margaritas y ceceando. Le dio tan fuerte que chorreaba por todo el taburete. Entre la cagalera en el taburete y el ceceo, el tipo se enfadó y se fue. De manera que ella se volvió a México, descorazonada, diciendo: "Zoy una fracazada".
"SolÃa haber una mujer en este grupo que pensaba que era el Guerrero Eléctrico. Estaba muy molesta porque no se le prestaba la atención que merecÃa. DecÃa: 'Usted ha escrito que el Guerrero Eléctrico llegarÃa cerca de la medianoche. Ya están dando las campanadas. Ya se oyen las campanas'".
"Don Juan decÃa que si tratas a alguien y estás cansado de él, puedes llamarlo por otro nombre. Supongamos que se llama Bob, dile: '¡Hola, John! ¿Cómo está tu esposa?', sabiendo que no está casado. 'He oÃdo que está en el hospital. Espero que esté bien'. El individuo responde: 'No estoy casado'. '¡Ay, perdona!, ¿qué ha pasado?' Entonces es seguro que te dejaran en paz. Me gustarÃa hacer esto, pero todavÃa no he tenido la oportunidad. Quizás vosotros podáis hacerlo".